Redacción
México.- Activistas y miembros de organizaciones civiles demandaron al Gobierno de México y a las autoridades de salud una regulación estricta sobre productos ultraprocesados, bebidas alcohólicas, tabaco y refrescos azucarados. Argumentan que estos productos han elevado el número de muertes asociadas a enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes y la hipertensión.
“México es el principal consumidor de productos ultraprocesados en Latinoamérica, con un promedio de 214 kilogramos por persona al año,” afirmó Paulina Magaña, coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor, durante una conferencia de prensa. Advirtió que aproximadamente el 85% de los mexicanos consumen regularmente bebidas azucaradas, de las cuales un 69% contienen azúcares añadidos, lo que ha exacerbado la incidencia de enfermedades crónicas.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el tratamiento de estas enfermedades representa un 27% de su presupuesto, cerca de 109 mil millones de pesos anuales. Además, las muertes relacionadas con el consumo de ultraprocesados alcanzaron las 932 mil en la última década.
Arturo Sabines, portavoz de la Red de Acción sobre Alcohol, señaló que México ha adoptado patrones de consumo excesivo de alcohol, afectando a adolescentes de ambos géneros. “Este incremento en el consumo trae no solo consecuencias físicas, sino también un deterioro del tejido social”, afirmó Sabines. El acceso fácil a estos productos se ha traducido en problemas de salud y sociales que, según los activistas, exigen una respuesta inmediata.
Yahaira Ochoa, vocera de Salud Justa MX, enfatizó que el tabaco causa 63 mil muertes anuales en el país, cifras que podrían reducirse mediante políticas dirigidas tanto a los consumidores como a la industria. “La industria tabacalera implementa estrategias agresivas para atraer a los jóvenes con productos como vapeadores y bolsas de nicotina, que también deterioran la salud,” apuntó Ochoa.
Ante esta situación, los activistas solicitaron a la presidenta Claudia Sheinbaum y a las autoridades de salud la implementación de una política pública integral que reduzca el consumo de estos productos y atienda las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con esta acción, esperan prevenir miles de muertes y mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos.
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