Redacción
Irapuato.- Esta mañana 11 de marzo se dio a conocer la muerte del pintor y muralista irapuatense, Salvador Almaraz López a los 91 años de edad.
Apenas hace unas semanas se le realizó el reconocimiento como ‘Irapuatense distinguido’ y en el homenaje a su trayectoria se cambió el nombre de Museo de la Ciudad por el de Museo Salvador Almaraz.
En sus redes sociales se anunció su deceso, seguido por un mensaje: “Hoy me despido de esta Tierra para seguir pintando el cielo. Gracias a todos los que se cruzaron en este bello camino llamado vida”.
Aún no se han dado informes sobre la causa de su muerte, pero en redes sociales de inmediato la comunidad irapuatense lamentaron este deceso, dentro de los primeros mensajes se observa el de la alcaldesa Lorena Alfaro.
“Hoy con tristeza me entero de la partida terrenal del Maestro Salvador Almaraz. Aquí se queda su legado, la obra de toda una vida que transformó la identidad de todos aquellos que nacimos en esta tierra, Las palabras quedan cortas en estos momentos para reconocer a un irapuatense tan trascendente” Escribió la presidenta municipal Lorena Alfaro en sus redes sociales.
Hoy solo queda decir; ¡Gracias! ¡Gracias por regalarnos su arte! ¡Gracias por dejarnos un Irapuato más bello!
Celebro que el @museoAlmaraz lleve su nombre, agradezco el haber participado en su homenaje en vida.Hoy está de nuevo a un lado de su gran amor. En paz descanse.
2/2 pic.twitter.com/MisCu2iGv9— Lorena Alfaro García (@LorenaAlfaroG) March 11, 2022
Su vida
El pintor, muralista y artista plástico nació el 18 de noviembre de 1930 en Irapuato, Guanajuato.
Su padre, que era un ferrocarrilero, le pago un curso de dibujo por correspondencia y lo llevó al taller del pintor José Dolores Aguilera, de quien fue su ayudante y aprendiz. Con él aprendió a elaborar oleos, conocer los pigmentos y su empleo.
Tras la muerte de su padre tuvo que hacerse cargo de los gastos económicos de familia, su madre y sus siete hermanos. Trabajó con un tío y su abuelo en la talla de madera, además realizó retratos de las figuras de la vida taurina que visitaban la ciudad de Irapuato y se encargó de restaurar la pintura del templo de la comunidad Nombre de Dios en Abasolo, que se había dañado luego de un incendio.
En 1948, su familia decide mudarse a la Ciudad de México. Trabajó en un despacho publicitario donde realizaba actividades de ilustración, dibujos y retratos por encargo.
Ante la falta de estudios medio superior, tomó clases de oyente en la Academia de San Carlos. Además tuvo la oportunidad de hacer réplicas de algunas de las obras que se encontraban en la institución con el objetivo de practicar estilos y distintas escuelas.
Fue ayudante de Rolando Arjona, Ángel Boliver y Jorge González Camarena, con quien colaboró en el mural “Presencia de América Latina”, en la Universidad de Concepción en Chile, elaborado en 1964.
Fue discípulo de José L. Gutiérrez en el Instituto Politécnico Nacional y participó con Francisco Cornejo en el llamado Rancho del Artista.
En su natal Irapuato pintó el famoso mural de “Las Revoluciones” que se encuentra en el edificio de la Presidencia Municipal, obra que fue concluida en diciembre de 1969.
Realizó el mural de la “La Identidad” a un costado del templo del Hospitalito, que fue inaugurado en 1984.
Presentó numerosas exposiciones individuales y colectivas en Guanajuato, la Ciudad de México y otras entidades de México; así como en Cuba y Chile, por mencionar algunas.
Su obra también se puede encontrar en el Palacio de Gobierno de Coahuila, la Ciudad de México y Michoacán.
Entre 1974 y 1976 el irapuatense fue enviado por el gobierno del entonces presidente Luis Echeverría, a la república de cuba, donde realizaría 4 murales en diferentes centros de enseñanza superior con temas históricos de México, tres en acrílico de 17m² cada uno y en el tecnológico Lázaro Cárdenas de Santa Clara, un mural exterior en mosaicos y piedra de colores naturales de 200m
En una entrevista con un medio local, Salvador Almaraz declaró que rechazó una propuesta hecha por el mismo Fidel Castro: “Me ofreció lo que jamás en mi vida me habían ofrecido: casa, estudio y poder trabajar en donde yo quisiera, Fidel Castro me ofreció todo, hasta poder llevarme a mi familia a Cuba, con tal de que me quedara ahí, pero lo rechacé…”
El maestro fue galardonado en innumerables ocasiones:
Con la mención honorífica en el Concurso Nacional de Pintura de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio en el Auditorio Nacional
El Pergamino de Ciudadano Distinguido de Irapuato
En 1998 la presea Premio Estatal de Artes Diego Rivera del Congreso del Estado de Guanajuato
El Premio Vasco de Quiroga de Plata de Irapuato
El Laurel de Oro a la Calidad en el 2004, por mencionar algunos
Descanse en paz el maestro Salvador Almaraz.