Redacción
México.- Hoy, Claudia Sheinbaum Pardo hizo historia al asumir el cargo como la primera Presidenta de México, marcando un hito en la política nacional. A sus 62 años, Sheinbaum tiene por delante el desafío de garantizar la gobernabilidad del país en un escenario marcado por fuertes presiones financieras, una reorganización administrativa y una crisis de seguridad, con los índices de homicidios más altos registrados en el país.
En el plano económico, Sheinbaum deberá generar confianza en medio de una gran incertidumbre económica. Expertos y analistas privados han advertido que, aunque el poder acumulado en la administración actual tiene pocos contrapesos, es fundamental que esto no se traduzca en políticas hostiles hacia el libre mercado. Según un informe reciente de Citibanamex, el esbozo del programa de gobierno será clave para evaluar el enfoque que la nueva Presidenta adoptará en su relación con el sector privado y Estados Unidos.
El informe también destaca que, aunque el gobierno saliente mantuvo la estabilidad macroeconómica, la disciplina fiscal se debilitó al final de la administración. Sheinbaum deberá abordar esta herencia con cautela, mientras intenta fortalecer las políticas económicas con base en la austeridad y la “República soberana con energía sustentable”, uno de sus pilares programáticos.
En materia energética, Sheinbaum continuará apostando por el fortalecimiento de Pemex y la CFE, lo que implicará una importante inyección de recursos a ambas empresas. El plan también prevé impulsar la transición energética, promoviendo el uso de energías renovables como la solar, eólica, hidráulica y geotérmica. Entre las acciones destacadas, se contempla la instalación de paneles solares en techos de viviendas y comercios, una medida que pretende fomentar la energía sustentable a nivel nacional.
Además, uno de los proyectos insignia de su gobierno será la expansión de la red ferroviaria de pasajeros en el país. Este plan incluye la construcción de al menos ocho nuevas líneas de trenes, como el AIFA-Pachuca, México-Querétaro-Guadalajara y México-Puebla-Veracruz, con el objetivo de mejorar la conectividad y el desarrollo regional.
La agenda de la nueva Presidenta también se extiende a otras áreas prioritarias como la ciencia, la salud, la infraestructura y el medio ambiente. Al igual que su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum ha establecido un conjunto de 100 compromisos y acciones prioritarias, con un enfoque en gobernar bajo la máxima del “humanismo mexicano” y dividir el poder político del económico.
Este nuevo gobierno tendrá la compleja tarea de balancear la continuidad de los proyectos de la Cuarta Transformación con la necesidad de imprimir su propio sello, mientras enfrenta las demandas de un país que busca soluciones a los grandes retos de la actualidad.
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