Estados Unidos- La entrega de 29 capos del narcotráfico mexicano a Estados Unidos, anunciada el pasado 27 de febrero por el gobierno de Claudia Sheinbaum, no fue un acuerdo exclusivo de la nueva administración de Donald Trump, sino que las negociaciones habrían iniciado durante el mandato del demócrata Joe Biden, según reveló The New York Times.
El influyente diario estadounidense detalló que las conversaciones para este procedimiento de entrega simplificada comenzaron con Biden y fueron retomadas tras la toma de posesión de Sheinbaum en octubre de 2024. Posteriormente, la administración de Trump finalizó el acuerdo después de asumir el poder en enero de 2025.
¿Pena de muerte para Caro Quintero?
Uno de los aspectos más polémicos de la entrega es la posibilidad de que el gobierno estadounidense busque la pena de muerte para Rafael Caro Quintero, exlíder del Cártel de Guadalajara, lo que representaría un giro radical en la política de extradiciones entre ambos países.
México ha mantenido históricamente una postura firme en contra de la pena capital y ha condicionado la extradición de criminales a la garantía de que no se les aplicará este castigo. Sin embargo, la entrega de estos 29 capos —que según The New York Times se realizó “a sabiendas de que podrían ser ejecutados”— podría marcar un cambio en la cooperación bilateral en materia de justicia.
Presión arancelaria y designación de cárteles como terroristas
El Departamento de Justicia de EE.UU. argumentó que la entrega de los narcotraficantes se dio en respuesta a la orden ejecutiva firmada por Trump en su primer día de mandato, en la que designó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
“Las acciones de hoy son consecuencia de una Casa Blanca que negocia desde una posición de fuerza y de un Fiscal General que está dispuesto a liderar el Departamento con coraje y ferocidad”, declaró Emil Bove, fiscal general adjunto interino.
La entrega también se produce en un contexto de presión arancelaria de EE.UU. sobre México para combatir el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, una de las principales preocupaciones de la administración Trump en su agenda de seguridad nacional.
Un nuevo capítulo en la relación México-EE.UU.
La revelación de que la entrega de estos 29 capos se negoció desde el gobierno de Biden pone en entredicho la narrativa de que se trató de una acción unilateral de Trump. Además, deja en el aire la pregunta de si esta será la nueva norma en la cooperación bilateral en materia de narcotráfico y extradiciones.
El destino de Caro Quintero y otros jefes del narcotráfico dependerá ahora de las decisiones de la justicia estadounidense, mientras que México enfrenta un debate sobre los alcances de su colaboración con Washington en la lucha contra el crimen organizado.
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