Redacción
México.- La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado recientemente al talco y al acrilonitrilo como sustancias cancerígenas. Los resultados de estas evaluaciones fueron publicados el pasado viernes en la revista The Lancet Oncology, tras una reunión de expertos en Lyon, Francia.
El talco, un mineral natural ampliamente extraído y utilizado en diversas industrias, ha sido clasificado como “probablemente cancerígeno” para los humanos. Esta clasificación se basa en estudios que muestran una asociación con el cáncer de ovario en humanos y pruebas concluyentes obtenidas en animales de laboratorio. La exposición al talco puede ocurrir principalmente en el entorno laboral durante su extracción y procesamiento, así como en la fabricación de productos que lo contienen. Para la población general, la exposición se produce mayormente a través del uso de cosméticos y polvos corporales que contienen talco.
A pesar de estas conclusiones, los expertos señalan la posibilidad de sesgos en los estudios que han mostrado un aumento en la incidencia de cáncer. Aunque la evaluación se centró en el talco sin amianto, no se puede excluir la posibilidad de contaminación con amianto en la mayoría de los estudios humanos. En junio, Johnson & Johnson llegó a un acuerdo judicial en Estados Unidos tras ser acusada de que su talco causaba cáncer. No obstante, una síntesis de estudios publicada en enero de 2020, que analizó datos de 250,000 mujeres, no encontró un vínculo estadístico entre el uso de talco en las partes genitales y el riesgo de cáncer de ovario.
El acrilonitrilo, un compuesto orgánico volátil utilizado principalmente en la producción de polímeros, también ha sido clasificado como “cancerígeno” para los humanos. La IARC basa esta decisión en pruebas suficientes de cáncer de pulmón y pruebas limitadas de cáncer de vejiga en humanos. Este compuesto se encuentra en fibras para ropa, alfombras, plásticos para productos de consumo y piezas de automóviles. Además, el acrilonitrilo está presente en el humo del cigarrillo y puede contribuir a la contaminación del aire.
Estas nuevas clasificaciones subrayan la importancia de la vigilancia y regulación de sustancias potencialmente peligrosas para la salud humana, destacando la necesidad de medidas preventivas tanto en entornos industriales como en el uso de productos de consumo diario.
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