Redacción
Irapuato.- El Museo Salvador Almaraz, anteriormente conocido como el Museo de la Ciudad, se erige como un bastión de la identidad y la herencia cultural de Irapuato. En vísperas del Día Internacional de los Museos, que se celebra el 18 de mayo, recordamos el valioso papel de este recinto en la preservación y difusión de la historia local.
Inaugurado el 16 de diciembre de 1988 por iniciativa del entonces presidente municipal, Ernesto Alfaro Arredondo, este museo nació con la misión de brindar a Irapuato un espacio dedicado al arte, la cultura y la memoria colectiva. Ubicado en una antigua casa barroca del siglo XVIII, cuyo solar perteneció en algún momento a la Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio, el edificio ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los siglos, desde colegios hasta talleres, antes de convertirse en un santuario para la cultura.
Franco Segoviano, historiador del Archivo Municipal, nos recuerda que la adquisición de este espacio fue posible gracias a la visión de Alfaro Arredondo, quien decidió convertirlo en un museo para enriquecer el acervo histórico del municipio. La casa fue adquirida de la señora Silvia Origel Camarena por 200 millones de pesos, y posteriormente se invirtieron otros 400 millones de pesos en su transformación en museo.
El Museo Salvador Almaraz alberga una vasta colección que abarca desde arte prehispánico hasta carruajes de la época porfiriana, donados generosamente por los habitantes de Irapuato. Destacan también los restos del Monumento a la Madre, que alguna vez adornaron los jardines de la ciudad. En honor al artista y muralista irapuatense Salvador Almaraz, el museo recibió su nombre en el año 2022, en una decisión tomada por el Ayuntamiento de Irapuato.
Con motivo del Día Internacional de los Museos, es importante recordar el papel crucial que estos espacios desempeñan en la preservación de nuestra historia y cultura. Más que meros guardianes de objetos, los museos son lugares de encuentro, reflexión y aprendizaje, que nos permiten conectar con nuestro pasado y comprender mejor nuestro presente. En el Museo Salvador Almaraz, la comunidad de Irapuato encuentra un reflejo de su identidad y una fuente inagotable de inspiración y conocimiento.
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