Redacción
Irapuato.– Con pruebas de carácter científico, la Fiscalía de Guanajuato solicitó a un Juez, condenar severamente a MIGUEL ÁNGEL “N”, padrastro del niño de 11 años violentado y desaparecido desde mayo de 2022, en la ciudad de Irapuato. El castigo impuesto al ex policía, obedece a la gravedad del delito demostrado en hechos probados, por lo que permanecerá en la cárcel durante 51 años.
El acusado es culpable por los delitos de desaparición cometida por particulares, delito por el que fue sentenciado a 45 años de cárcel, y a 6 años más por el delito de violencia familiar, en agravio del niño de iniciales JDMB, de acuerdo a los argumentos presentados en juicio oral por el Ministerio Público. La sentencia se impuso después de que un tribunal de enjuiciamiento determinó la culpabilidad del imputado.
En la carpeta de investigación integrada a partir de la desaparición de la víctima en la colonia Urbi Villas del Rey, la Fiscalía acreditó que el padrastro del niño se encontraba en el domicilio el 13 de mayo de 2022, y entre las 00:00 y las 01:00 horas entró a la habitación de la víctima y lo sacó del domicilio en contra de su voluntad, con el argumento de que lo llevaría con su padre.
Horas después, el ex policía regresó al domicilio y la madre le preguntó por su hijo, a lo que respondió que al ir caminando juntos, el niño se echó a correr y ya no supo nada de él. La madre insistió en saber el paradero de su hijo pero MIGUEL ÁNGEL “N” decidió ya no decir nada. Desde entonces el pequeño no ha sido localizado.
En el avance de la investigación, la Fiscalía pudo establecer que el hoy sentenciado ejerció violencia física y verbal en contra de la víctima; entre las lesiones que le infligió se encuentran una herida en la cabeza y en el área de la boca.
MIGUEL ÁNGEL “N” de 45 años, fue detenido el 17 de mayo de 2022 y en audiencia, un Juez lo vinculó a proceso penal luego de que el Ministerio Público fincara los cargos criminales en su contra.
Cuando la Fiscalía investigó los hechos realizó una serie de acciones encaminadas a descubrir evidencias y dar con el paradero del niño. En este caso, fue importante la observación y la capacidad analítica, así como el seguimiento de una determinada metodología.
Entre los actos realizados por la Agencia de Investigación Criminal se rastrearon y procesaron diversos lugares. Peritos arqueólogos revisaron con georadar diversas áreas que pudieran tener relación con los hechos.
Se analizó la información encontrada en el celular del implicado, a partir de ello y de acuerdo a los datos obtenidos, se pudo determinar que el acusado reproducía determinada música mientras golpeaba al ofendido. En fotografías tomadas días antes de la tragedia, se aprecia su rostro con evidentes huellas de violencia.
La presentación que la Fiscalía de Guanajuato hizo de las evidencias respaldadas en la carpeta de investigación, conectó aspectos que podrían parecer inconexos y amplió el foco de la investigación, para presentar pruebas determinantes e irrefutables que muestran con certeza cómo ocurrieron los hechos de acuerdo a los criterios que impone la ley.
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