Redacción
México.– En el contexto de las guerras desencadenadas por los cárteles de la droga, México se ha convertido en el país más peligroso para los civiles, según el informe de la organización Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED).
ACLED, una organización que realiza un seguimiento detallado de eventos de conflicto en todo el mundo, ha señalado que en los últimos 12 meses se han registrado más de 5,000 incidentes de violencia dirigidos directamente contra civiles en todo México. Esto coloca al país por encima de otros lugares con conflictos violentos en términos de peligros para la población civil.
El análisis se basa en cuatro métricas clave que conforman el Índice de Conflicto utilizado para medir los niveles de violencia en conflictos en curso. Estas métricas incluyen el índice de mortalidad, el peligro para la población civil, la extensión geográfica y la fragmentación de los grupos armados involucrados.
El informe de ACLED cubre el período de julio de 2022 a julio de 2023 y recopila más de 139,000 eventos de violencia política, con una estimación conservadora de más de 147,000 víctimas mortales en todo el mundo. Durante este período, se destaca que “Ucrania fue el país más mortífero; Myanmar el más fragmentado entre grupos armados; México el más peligroso para civiles, y Palestina el de mayor dispersión geográfica”.
El análisis también muestra que México ocupa el tercer lugar en la lista de los 50 países y territorios que experimentan los niveles más extremos, elevados o turbulentos de conflicto. Este ranking coloca a México detrás de Myanmar y Siria, y el país se clasifica como un caso “extremo”.
El informe de ACLED destaca que la forma de conflicto más común en la actualidad se asemeja a los patrones de violencia observados en México, donde múltiples grupos armados están involucrados en conflictos internos con objetivos específicos. Además, señala que las milicias, en lugar de los rebeldes, desempeñan un papel cada vez más importante en estos conflictos.
En conclusión, ACLED subraya que la democracia, la pobreza y el nivel de desarrollo no son factores determinantes para la inestabilidad y la violencia política, y que las soluciones tradicionales para los conflictos no son adecuadas para abordar la ambición de grupos organizados que buscan el control de regiones y territorios con objetivos específicos.
El informe sugiere que México ha experimentado un nivel constante de conflicto en la escala “extrema” en los últimos años, sin avances significativos en la reducción de la violencia política.
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