Redacción
EU.- Más de 13 mil 500 millones de dosis de vacunas contra COVID-19 después un largo tiempo, ya se cuenta con los resultados del mayor estudio mundial sobre la seguridad de esos medicamentos y sus posibles efectos a largo plazo.
La información revelada muestra que las vacunas para COVID-19 sí están relacionadas con incremento en afecciones neurológicas, sanguíneas y cardíacas,
A pesar de que las vacunas contra COVID-19 lograron salvar a más de un millón de personas solo en Europa, una pequeña porción de las personas que recibieron al menos una dosis reportó problemas de salud luego de que les aplicaron la inyección. Ese hecho avivó el debate sobre los beneficios y daños. Una nueva investigación, realizada por Global Vaccine Data Network y publicada en la revista Vaccine la semana pasada, reveló los resultados y hallazgos específicos sobre los efectos de las vacunas contra COVID-19.
La investigación buscó 13 afecciones médicas que el grupo consideró “eventos adversos de especial interés” entre 99 millones de personas vacunadas en ocho países, con el objetivo de identificar más casos de lo esperado después de una inyección de COVID. El uso de datos agregados aumentó la posibilidad de identificar señales de seguridad raras que podrían haberse pasado por alto al observar sólo poblaciones más pequeñas.
El estudio encontró que la miocarditis o inflamación del músculo cardíaco es uno de los ‘males’ que se identificó constantemente después de que una persona recibia la primera, segunda y tercera dosis de vacunas de ARNm.
El mayor aumento en la proporción observada y esperada se observó después de una segunda dosis con la inyección de Moderna. Una primera y una cuarta dosis de la misma vacuna también se relacionaron con un aumento de la pericarditis o inflamación del fino saco que cubre el corazón. Los eventos raros, identificados al principio de la pandemia, incluyeron un mayor riesgo de inflamación relacionada con el corazón por las dosis de vacunas COVID fabricadas por Pfizer Inc., BioNTech SE y Moderna Inc.,
También se detectó un mayor riesgo de un tipo de coágulo de sangre en el cerebro después de recibir una dosis de la vacuna de AstraZeneca.
Las inyecciones de vectores virales, como la de AstraZeneca también se vincularon con un mayor riesgo de síndrome de Guillain-Barré, un trastorno neurológico en el que el sistema inmunológico ataca por error al sistema nervioso periférico.
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