Redacción
Rusia.- Las autoridades rusas han dado un paso significativo al incluir al movimiento LGBT en su lista de organizaciones terroristas y extremistas, una medida que podría tener graves implicaciones para el colectivo. Esta decisión fue respaldada por el Tribunal Supremo después de una petición del Ministerio de Justicia para declarar al movimiento LGBT como extremista.
El Servicio Federal de Vigilancia Financiera de Rusia (Rosfinmonitoring) tomó la determinación, lo que podría resultar en la congelación de cuentas bancarias asociadas al colectivo LGBT. La corte también falló a favor de prohibir el movimiento y reconoció como “extremista” a su división estructural interna.
A pesar de las afirmaciones de las autoridades rusas de que esta medida no viola los derechos de los ciudadanos ni tiene consecuencias legales negativas, la inclusión del movimiento LGBT en la lista de organizaciones terroristas y extremistas plantea serias preocupaciones sobre la persecución y represión de los derechos de la comunidad LGBT en Rusia.
La cruzada de Vladimir Putin y la Iglesia ortodoxa rusa contra la comunidad LGBT ha sido una constante durante más de una década, justificada en la preservación de los “valores tradicionales” del país. Desde 2013, Rusia ha implementado diversas leyes restrictivas contra la comunidad LGBT, incluida una ley contra la “propaganda gay” y una prohibición explícita del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Esta última medida se suma a una serie de leyes que prohíben la promoción de relaciones sexuales “no tradicionales” y los cambios de género legales o médicos. La inclusión del movimiento LGBT en la lista de organizaciones terroristas y extremistas es vista como una escalada represiva más en la campaña contra la comunidad LGBT en Rusia.
La medida permite a Rosfinmonitoring congelar las cuentas bancarias de más de 14,000 personas y entidades designadas como extremistas y terroristas. Esta lista incluye desde grupos terroristas reconocidos hasta figuras de la oposición y empresas tecnológicas internacionales. La inclusión del movimiento LGBT en esta lista representa un serio revés para los derechos humanos y la libertad de expresión en Rusia.
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