Redacción
México.- El despliegue de las Fuerzas Armadas para evitar el robo de combustibles a Pemex no ha tenido el resultado esperado en el último año, ya que el monto de lo hurtado se triplicó.
De julio a septiembre, Pemex perdió 5 mil 600 millones de pesos, cifra 194.7 por ciento superior a los mil 900 millones del mismo periodo de 2021.
La gasolina robada en el tercer trimestre de 2022 sumó 5 mil 900 barriles diarios, 47.5 por ciento más respecto a los 4 mil barriles que se robaron en el mismo lapso de 2021, según datos reportados por Pemex en su tercer informe trimestral a la Bolsa Mexicana de Valores.
Tan sólo en septiembre, el robo de combustibles promedió 5 mil 700 barriles diarios.
Estos datos contrastan con el discurso oficial, el cual consideró un periodo más largo.
Octavio Romero, director de Pemex, presumió en su comparecencia en la Cámara de Diputados que el robo de combustibles había disminuido 90 por ciento en lo que va del sexenio.
Sin embargo, las cifras que mostró se refieren al robo que se tenía al cierre del sexenio anterior y que alcanzaban 56 mil barriles diarios, contra el promedio actual de 5 mil 700 barriles al día.
Y también aumentan 27% los ‘piquetes’ a ductos de Pemex
Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó el pico más alto de puntos ilegales de ordeña hallados en su red de ductos desde 2020.
De enero a agosto pasado, la petrolera acumuló 8 mil 910 tomas clandestinas, un aumento de 27 por ciento respecto a los 7 mil 9 del mismo periodo de 2021, según cifras oficiales.
En 2020, Pemex sumó 6 mil 739 puntos de ordeña ilegal en los meses referidos, mientras que en 2019 reportó 9 mil 644.
Los “piquetes” aumentaron pese al constante despliegue de tropas para frenar el robo de hidrocarburos, pues los delincuentes han construido túneles que evaden la vigilancia desde los drones militares.
Hidalgo concentra el 42 por ciento de las tomas clandestinas halladas en la red de ductos de distribución de gasolina y diésel.
En esa entidad, Pemex detectó 3 mil 790 “piquetes” de enero a agosto, concentrados principalmente en los Municipios de Cuautepec de Hinojosa, Ajacuba, Atotonilco, San Agustín Tlaxiaca y Tula de Allende.
En Tlahuelilpan -donde 137 personas murieron en la explosión de una toma en 2019- persiste el huachicol. Entre enero y agosto, Pemex localizó 79 puntos de ordeña.
El Estado de México desbancó a Puebla en el segundo lugar, con mil 549 puntos de ordeña, sobre todo en Otumba, Axapusco, Coyotepec y Acolman.
Puebla registró 682 tomas clandestinas, la mayoría en San Martín Texmelucan, Huauchinango, Amozoc, Acajete y Los Reyes de Juárez.
Tamaulipas ocupó el cuarto lugar de ordeña, con 482 puntos en Municipios como González, Altamira y Llera.
En quinta posición está Veracruz, con 436 “piquetes”, sobre todo en José Azueta, Juan Rodríguez Clara, Isla, Chacaltianguis y Coatzacoalcos.
Completan el top 10 Guanajuato, con 362 tomas ilegales; Jalisco, con 308; Baja California, con 266; Nuevo León, con 251, y Michoacán, con 249.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional desplegaron 3 mil 387 efectivos para el resguardo de instalaciones y 11 ductos prioritarios de Pemex, que suman 3 mil 657 kilómetros de longitud.
No obstante, para Arturo Carranza, experto en temas de energía, la presencia de las Fuerzas Armadas para evitar el huachicol no es suficiente para sanar a Pemex.
“En la medida en que no se eliminen completamente la colusión y las prácticas ilegales in situ, Pemex seguirá expuesta a la sangría que representa el mercado ilícito de combustibles” consideró.