Redacción
México.- La Marcha del Orgullo puso ayer al frente el reclamo al desabasto de medicamentos para tratar el VIH y la falta de atención durante la emergencia sanitaria por la viruela símica.
Con el objetivo de revivir el carácter político y de protesta de la manifestación, un grupo, identificado como el Bloque Disidente, se ubicó al frente de la movilización.
“La naturaleza de la Marcha es de protesta y de denuncia de las disidencias sexuales, para señalar las faltas y las omisiones que el Gobierno y las instituciones cometen de manera sistemática, como el desabasto de medicamentos para el tratamiento de VIH o la falta de vacunas para la viruela símica”, señaló la activista Victoria Sámano.
El Bloque Disidente estuvo conformado por poblaciones históricamente vulneradas, como personas con discapacidad, mujeres trans y víctimas de delitos de odio.
De acuerdo con el Gobierno capitalino, a la manifestación -del Ángel de la Independencia al Zócalo– acudieron 250 mil personas, un número similar al del año pasado.
El Bloque Disidente -el cual surgió como una reacción a la mercantilización del evento- se colocó al frente de los contingentes y desde ahí reclamó por los pendientes que, aseguró, mantienen las instituciones gubernamentales para con la comunidad.
Desde las 9:30 horas, grupos se reunieron en la Fuente de la Diana Cazadora, como trabajadoras sexuales, personas de la tercera edad, en situación de calle, que viven con VIH, no binarias, migrantes y estudiantes víctimas de acoso por su orientación sexual.
El Bloque Disidente clausuró de manera simbólica los carros alegóricos de empresas privadas y marcas comerciales, que son acusadas por lucrar con la población LGBT+.
“Este bloque pretende que la marcha vuelva a ser un espacio político, porque aún hay muchos problemas que necesitan ser visibilizados”, destacó Victoria Sámano, voz del Bloque Disidente.
Además, criticó la falta de medicamentos para VIH y viruela símica en el Sistema de Salud federal y capitalino, por lo que llevaron piñatas con las figuras del subsecretario de Salud Federal, Hugo López Gatell, el IMSS y del Censida como forma de protesta.
“Este es para romper la inacción, la indiferencia y el acoso del sistema de salud, porque siempre nos dicen que hay vacunas. Nos han quitado el derecho a la salud”, reclamó Alaín Pinzón, integrante del Bloque Disidente.
Ariadna López, una mujer trans, decidió unirse para exigir mejores oportunidades laborales al Estado.
“Esta marcha ha sido de mucha fiesta, pero poco se ha hablado de la discriminación y falta de oportunidades de las que somos víctimas todavía”, subrayó la licenciada en Administración de Empresas, quien no ha tenido la oportunidad de ejercer por discriminación.
“Mi única oportunidad para subsistir y poder vivir es el trabajo sexual, pero mi sueño es poder decir que son relacionista, que tengo un trabajo digno por el que estudié”.
A las 12:00 horas, entre el Ángel de la Independencia y la Glorieta del Ahuehuete, un marea multicolor comenzó a avanzar hacia el Zócalo: 40 contingentes que entre reclamos de justicia se movilizaba.
“He venido en otras ocasiones a la Marcha, pero esta es la primera vez que me dan un lugar como mujer de la diversidad y con discapacidad. Es la primera vez que logro llegar hasta el Zócalo acompañada”, expresó Yen, quien vive con discapacidad motriz.
Para algunos la 45 Marcha del Orgullo, que reunió a 250 mil personas, se trató de una primera oportunidad para defender su identidad.
Tadeo Mora, de 17 años, llegó al Centro Histórico acompañado de su abuelo y su tío, con la intención de observar por primera vez cómo es una Marcha del Orgullo.
“Mi abuela y mi tío sienten orgullo porque soy trans, me repiten a cada rato que están orgullos de mí y que siempre se van a acordar de mí”, explicó el joven.
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