Redacción
México.- Hasta la mañana de este jueves, el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero, de 70 años de edad, continuaba al interior del Centro Médico “Adolfo López Mateos”, en la ciudad de Toluca, en espera de ser intervenido quirúrgicamente.
Desde hace años, el llamado “jefe de jefes” y fundador del Cártel de Guadalajara, ya extinto, padecía un mal prostático. Esto llevó a su defensa a promover un amparo el año pasado, con el fin de que las autoridades carcelarias federales de la prisión de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, le permitieran al capo el acceso a atención médica.
Su salida de la prisión federal se registró por tierra a mitad de semana, con un convoy integrado por soldados, elementos de la Guardia Nacional (GN) y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México.
La distancia que hay entre la cárcel federal donde está recluido el capo desde el mes de julio del año pasado y el Centro Médico mexiquense de Toluca, es relativamente corta, se calculan 20 minutos de traslado promedio.
Y aunque en menor proporción, el exterior del Centro Médico también se mantiene bajo vigilancia federal.
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