Redacción
México.- La llegada masiva de productos asiáticos, principalmente de China y Corea, y el crecimiento de macroplazas para su venta y distribución están provocando pérdidas significativas para los comerciantes establecidos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Según la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), estas pérdidas ascienden a 65 mil millones de pesos. Además, la falta de tributación adecuada al Servicio de Administración Tributaria (SAT) genera pérdidas adicionales de 38 mil millones de pesos sólo en la industria del vestido.
Jesús Rodríguez, presidente de la Canaco Ciudad de México, calificó al Centro Histórico como “un bodegón” de productos chinos. Rodríguez explicó que al menos 17 edificios, que anteriormente tenían una vocación diferente como la venta de vestidos de novia o muebles, han sido desplazados por el comercio informal chino. Los nuevos propietarios de estos espacios pagan rentas significativamente más altas que los comerciantes tradicionales, lo que facilita el cambio de uso.
Vecinos y comerciantes han denunciado que, en menos de un año y medio, al menos 13 calles del Centro Histórico han pasado de ser corredores de viviendas y comercios tradicionales a convertirse en bodegas de productos chinos. Entre las calles afectadas se encuentran Argentina, Tacuba, Cuba, Izazaga, Brasil, Chile, Honduras, Uruguay, Paraguay, Isabel la Católica, Ecuador, Palma y Donceles. Estos lugares, que solían ofrecer vestidos de novia, zapatos artesanales, libros, textiles y otros productos hechos a mano, ahora son mayoritariamente bodegas.
Rodríguez también señaló que una puerta de entrada para estos productos chinos es la figura de los “minimis”, un mecanismo mediante el cual se permite la entrada de mercancías con valor menor a 50 dólares sin IVA. Sin embargo, esta práctica ha sido explotada para introducir grandes volúmenes de productos sin el control adecuado, utilizando plataformas como Alibaba y Temu.
José Santiago, comerciante en la “Calle de las Novias“, advirtió sobre el deterioro evidente del Centro Histórico debido a esta situación. Según Santiago, la carga y descarga constante de productos está deteriorando el patrimonio histórico de la zona. Además, mencionó que entre 2023 y lo que va de 2024, al menos un centenar de inmuebles han sido cerrados para convertirse en bodegas de productos chinos.
La situación ha generado una pauperización del patrimonio histórico y plantea preguntas sobre la gestión urbana y la permisividad hacia la instalación de bodegas en áreas tradicionalmente comerciales y residenciales. Los comerciantes afectados hacen un llamado a las autoridades para implementar un plan urbano que regule esta situación y proteja el comercio local y el patrimonio del Centro Histórico de la Ciudad de México.
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