Redacción
México.- Los doctores de la reina Isabel II, de 96 años, inquietos por su salud, recomendaron el jueves que fuera puesta bajo supervisión médica en su castillo escocés de Balmoral, a donde se dirigieron sus hijos y nietos entre la “profunda preocupación” del país.
“Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo vigilancia médica”, informó el Palacio de Buckingham.
“La reina sigue sintiéndose cómoda y se quedará en Balmoral”, donde suele pasar los finales de verano, agregó en un breve comunicado.
Todos sus hijos -el príncipe Carlos de 73 años, heredero del trono, la princesa Ana de 72, el príncipe Andrés de 62, y el príncipe Eduardo de 58- se encuentran ya en Balmoral o se dirigían hacia esa residencia situada 800 km al norte de Londres, según responsables de la casa real británica.
También emprendieron viaje los hijos de Carlos, Guillermo, de 40 años y segundo en la línea sucesoria al trono, y Enrique, de 37 años.
Este último se encontraba en Londres con su esposa Meghan para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica, asestando un duro golpe a la institución.
El viaje de Enrique y Meghan, que no están en los mejores términos con la familia real, agravó la preocupación suscitada por un comunicado de Buckingham ya de por sí inusual.
“El palacio no emite boletines sobre la salud de la reina a menos que sea significativo”, dijo el comentarista real Robert Hardman a la BBC.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el clérigo de más alto rango en la Iglesia de Inglaterra, de la que es líder la reina, aseguró que esta estaba en sus oraciones.
“Que la presencia de Dios fortalezca y conforte a Su Majestad, a su familia y a quienes la cuidan en Balmoral”, tuiteó.
Los líderes de los gobiernos regionales autónomos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, también enviaron sus mejores deseos.
La salud de la anciana monarca es motivo de creciente preocupación desde que el pasado octubre se supo que había pasado una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces ha reducido muy considerablemente su agenda, sus apariciones en público son cada vez más escasas y en ellas se la ve a menudo caminando con dificultad ayudada por un bastón.
¿Qué pasaría si fallece la reina?
Existe la duda de qué podría ocurrir si la monarca, de 96 años, llegara a morir, pues ha estado en el trono desde su coronación en junio de 1953. De hecho, Isabel II cuenta con el Récord Guinness de la reina que ha gobernado durante más tiempo el Reino Unido.
Según se reveló la operación ‘London Bridge’ establecida en 1960 (y que se ha ido actualizando en años posteriores), existe un protocolo que dicta todas las medidas que deben tomarse en caso de que Isabel II llegue a morir, fecha que será nombrada como el ‘Día D’.
El primer paso señala que la noticia debe darse a conocer con prontitud a los funcionarios de gobierno (la primer ministro en primer lugar) con la clave ‘El Puente de Londres ha caído’.
Lo anterior, a fin de establecer un plan que ponga a salvo las instituciones monárquicas del Reino Unido, de cara al siguiente reinado, que encabezaría el primogénito de la monarca: Carlos de Gales, quien, aunque podrá elegir su propio nombre, se espera que prefiera ser llamado como Carlos III; entonces, el príncipe Guillermo ascenderá a “nuevo príncipe de Gales”.
También se dará a conocer un comunicado a través de medios de comunicación bajo la etiqueta “Noticia de última hora”, acompañado de imágenes de la Reina y “música suave”. Ese día, todas las banderas del Reino Unido estarán a media asta.
Tras la muerte de la reina, su cuerpo permanecerá por al menos 10 días en el Palacio antes de su funeral, el cual se convertirá en un día de luto nacional. El Big Ben debería sonar sus campanas a las 09:00 horas y a las 11:00 el féretro estaría llegando a la Abadía de Westminster, catedral de Londres, escoltado por un carruaje de armas, mientras que la misa sería dirigida por el Arzobispo de Canterbury.
Luego del funeral en la Abadía, el féretro será conducido a la capilla de St George del Castillo de Windsor, donde la reina descansará junto a sus antepasados.
Luego de ello comenzaría la transición del reinado a través de “acciones sencillas”, como por ejemplo el cambio de las monedas y los billetes, o tan complejos como las transformaciones que le imprimirá el nuevo rey a la Corona. La coronación oficial se estaría llevando a cabo un año después de la muerte de la reina, aunque Carlos III deba reinar desde las 10:00 horas del día posterior a la muerte de Isabel II.