Grecia— Una mujer de 38 años falleció en la madrugada del sábado al estallar una bomba que transportaba con la aparente intención de colocarla frente a una sucursal bancaria, informaron las autoridades griegas. La explosión, ocurrida alrededor de las 5:00 a.m., causó daños a varios escaparates y vehículos en la zona, pero no se reportaron más víctimas.
De acuerdo con la policía, la mujer, cuya identidad no fue revelada, tenía antecedentes penales por delitos relacionados con drogas, prostitución, robos y hurtos. El artefacto estalló mientras lo manipulaba, provocando su muerte inmediata.
El caso está siendo investigado por la división de crimen organizado, que no descarta que la fallecida estuviera relacionada con grupos extremistas de izquierda. En Grecia, este tipo de atentados de baja escala son esporádicos, pero tienen una larga historia vinculada a motivaciones políticas y actividades criminales.
Durante décadas, el país ha registrado atentados con explosivos y asesinatos selectivos perpetrados por grupos radicales, algunos de los cuales fueron desmantelados en los años 90. No obstante, han surgido nuevas células, como el grupo “Lucha de Clase Revolucionaria“, que en abril de este año se atribuyó la colocación de dos bombas: una que detonó cerca de las oficinas de Hellenic Train en Atenas y otra en las cercanías del Ministerio de Trabajo, ambas sin dejar víctimas.
Uno de los atentados ocurrió poco después del segundo aniversario del peor accidente ferroviario en la historia reciente de Grecia, que dejó 57 muertos. Este hecho ha mantenido encendida la llama de la protesta social contra el gobierno y ha alimentado el discurso violento de ciertos grupos radicales.
Las autoridades continúan investigando si la mujer fallecida en Salónica actuaba sola o era parte de una red más amplia. El incidente ha reavivado la preocupación sobre el resurgimiento de la violencia extremista en el país.
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