Redacción
Hidalgo.- La tragedia sacude a la comunidad de Santiago de Anaya, Hidalgo, tras la muerte de Adriel, un niño de 11 años que fue víctima de un violento ataque por parte de sus compañeros de primaria. El pasado martes, después de ser diagnosticado con muerte cerebral, Adriel sucumbió a las graves lesiones sufridas durante el incidente.
Según relatos de testigos, la semana pasada, Adriel fue empujado por dos de sus compañeros, lo que resultó en una fractura de clavícula. Sin embargo, la agresión no cesó ahí, ya que los agresores continuaron golpeándolo en la cabeza y otras partes del cuerpo, causándole heridas internas. A pesar de su vulnerabilidad, el niño pudo relatar la brutalidad de lo sucedido a sus padres mientras aún estaba consciente.
El director de la institución educativa, Rufino Jiménez Reyes, tras percatarse del estado crítico de Adriel, lo trasladó en su vehículo particular a la casa de sus padres. Sin embargo, desde entonces, tanto el director como la maestra Flor Isela Percastegui Moctezuma han permanecido inubicables, generando preocupación y sospechas en la comunidad.
La situación se tornó aún más alarmante cuando se descubrió que Adriel presentaba dolores de cabeza y una clavícula rota, por lo que fue llevado al centro de salud comunitario y posteriormente al Hospital General de Actopan, donde se confirmaron las graves lesiones, incluyendo un traumatismo craneoencefálico y un coágulo en el estómago.
Tras ser declarado con muerte cerebral el martes, Adriel falleció esa misma noche, dejando consternados a sus familiares y a toda la comunidad. La versión oficial de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, que atribuye el incidente a una simple caída, ha sido cuestionada y negada por los padres del niño.
Ante la gravedad de los hechos, tanto la Procuraduría de Hidalgo como la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo han iniciado investigaciones para esclarecer lo sucedido y exigir justicia para Adriel y su familia. La indignación y la demanda de respuestas se propagan en la región, mientras la comunidad exige medidas contundentes para prevenir futuros episodios de violencia escolar.
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