Redacción
México.- Al finalizar 2024, el panorama institucional de México es drásticamente diferente. En tan solo 40 sesiones del Congreso, la coalición de Morena y sus aliados logró aprobar 16 reformas constitucionales, lo que equivale a una modificación cada 15 horas. Estas decisiones han transformado pilares del Estado mexicano, marcando un antes y un después en la estructura institucional del país.
Cambios en el Poder Judicial y organismos autónomos
Una de las reformas más polémicas fue la reestructuración del Poder Judicial, descrita por la oposición como un intento de eliminar contrapesos y blindar las decisiones de la Cuarta Transformación (4T). Además, se eliminaron siete organismos autónomos, incluidos aquellos encargados de la transparencia, competencia económica y evaluación de políticas públicas.
Estas medidas han generado críticas por parte de opositores, como el coordinador parlamentario priista Rubén Moreira, quien acusó que las reformas fueron aprobadas “a prisa y con inconsistencias”.
Sector energético y programas sociales
Las reformas también devolvieron a Pemex y a la CFE su carácter de empresas de Estado, aunque sin abordar sus crisis financieras. Paralelamente, se elevaron a rango constitucional los programas sociales de la 4T, los cuales han sido señalados por la oposición como herramientas de clientelismo político.
Otro cambio significativo fue el paso de la Guardia Nacional al control total del Ejército, reforzando el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.
Reformas en agenda para 2025
Con una mayoría legislativa consolidada, Morena se prepara para impulsar en 2025 cuatro reformas adicionales que marcarían el “segundo piso” de la 4T:
- Reforma electoral: Creación del Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC), eliminación de los diputados y senadores plurinominales.
- Reforma de salud: Garantía constitucional de atención médica integral, gratuita y universal.
- Prohibición del maíz transgénico.
- Tope salarial para funcionarios públicos, limitando sus ingresos para que no superen el salario de la Presidenta.
Críticas y preocupaciones
Opositores han calificado estas reformas como un retroceso democrático y una consolidación de un régimen autoritario. Moreira advirtió que los cambios representan “un ataque sistemático al Estado de derecho y las libertades”, lo que podría dar pie a ignorar la voluntad popular en futuros procesos electorales.
Mientras tanto, el bloque oficialista defiende las reformas como pasos necesarios para garantizar los principios de la Cuarta Transformación y profundizar los cambios estructurales en México.
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