Salamanca— Lo que debía ser un viaje de regreso lleno de esperanza y reencuentro se convirtió en una pesadilla para diez migrantes originarios de Jacona, Michoacán, que fueron víctimas de un violento asalto y privación de la libertad en su paso por Salamanca, Guanajuato.
El ataque ocurrió durante la madrugada del martes 8 de abril, cuando el grupo de paisanos —que venía desde Colorado y Florida— fue interceptado por hombres armados vestidos con uniformes de la Guardia Nacional, quienes los obligaron a detenerse antes de llegar a la última caseta rumbo a La Piedad.
Los migrantes viajaban en una camioneta y una traila que transportaba objetos de valor, resultado de su trabajo en Estados Unidos. Según relataron, los agresores los bajaron del vehículo alrededor de las 3:30 a.m., los despojaron de todo lo que llevaban, incluidos los teléfonos celulares, y los mantuvieron retenidos hasta el amanecer.
La ausencia de comunicación encendió las alarmas entre sus familiares, quienes denunciaron la desaparición a través de redes sociales. Uno de los agraviados, identificado como Ismael, explicó que al ser liberados caminaron hasta llegar a la zona urbana de Salamanca, desde donde lograron contactar a sus seres queridos.
El fiscal del estado, Gerardo Vázquez Alatriste, confirmó que los migrantes fueron localizados con vida y aclaró que no se trató de una desaparición forzada, sino de un asalto violento. “Gracias a Dios los encontramos, qué malo que sea una mala anécdota para ellos, pero un buen final del tema”, declaró el funcionario.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ya inició una carpeta de investigación y aseguró que se dará seguimiento al caso, especialmente por la gravedad de que los agresores portaran uniformes de una corporación federal.
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