Congo- El 27 de enero de 2025, el caos y la barbarie se desataron en la prisión central de Goma, en la República Democrática del Congo, cuando más de tres mil prisioneros se fugaban tras el ataque de las fuerzas rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23). Entre las víctimas de esta masacre, al menos 163 mujeres detenidas fueron violadas y quemadas vivas mientras intentaban escapar del infernal caos desatado en la cárcel. La misión de paz de la ONU (Monusco) obtuvo este informe devastador y lo presentó ante el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en Ginebra.
La ministra congoleña de Derechos Humanos, Chantal Chambu Mwavita, detalló en su comparecencia ante la ONU la magnitud del horror: “Violaciones de 163 mujeres detenidas en la prisión, a las que se les prendió fuego mientras estaban vivas”, expresó con voz entrecortada. La cárcel, un símbolo de la violencia contra las mujeres, albergaba a muchos prisioneros condenados por crímenes de violencia sexual, lo que hace aún más siniestra la tragedia ocurrida en ese lugar.
Mientras tanto, en la Republica Democrática del Congo, más de 160 mujeres congoleñas fueron violadas en el asedio a la ciudad de Goma, por parte de las bandas terroristas del M23 y la dictadura de Ruanda, títere de Occidente.
Más de 3.000 criminales huyeron de prisión gracias a… pic.twitter.com/NvXUMYI7oO
— Daniel Mayakovski (@DaniMayakovski) February 7, 2025
La liberación masiva de prisioneros, entre los cuales se incluían criminales peligrosos, desató una ola de violencia que se extendió más allá de la prisión. La ministra condenó los saqueos, los ataques a mujeres defensoras de los derechos de las mujeres, y el ataque aéreo que destruyó un hospital materno en Goma, causando la muerte de mujeres embarazadas y recién paridas.
“Los esfuerzos para proteger a las víctimas de violencia sexual se vieron socavados por el aumento de los ataques del Ejército ruandés y el M23”, agregó Mwavita, subrayando el impacto devastador que este conflicto, que se intensifica cada vez más, tiene sobre la población civil, especialmente las mujeres más vulnerables.
La ofensiva del M23 ha provocado casi tres mil muertes y el desplazamiento de cientos de miles de personas en la región de Kivu del Norte, lo que ha incrementado aún más la tensión en la relación entre la República Democrática del Congo y Ruanda. Las Naciones Unidas confirmaron que Ruanda apoya al M23, mientras ambas partes continúan culpándose mutuamente por el recrudecimiento del conflicto.
Con esta tragedia como telón de fondo, la situación en el noreste del Congo se sigue agravando, dejando a las mujeres de la región atrapadas en una espiral de violencia sexual, desplazamiento y desesperanza. La comunidad internacional, sin embargo, se ve cada vez más impotente ante la magnitud de la crisis humanitaria que sigue cobrándose vidas en esta parte del mundo.
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