Redacción
Colombia.- La película ‘El Niño y la Garza’ se encuentra en medio de un escándalo después de que una ilustradora colombiana, Geraldine Fernández, lograra engañar a medios de comunicación y fanáticos al afirmar falsamente que participó en la elaboración de la cinta junto al reconocido director Hayao Miyazaki. A pesar de que la película ganó el Globo de Oro a la Mejor Película Animada, las afirmaciones de Fernández resultaron ser una farsa que fue revelada.
Fernández dio entrevistas detallando su supuesta participación en el proyecto, afirmando haber dibujado 25 mil fotogramas de la película de manera remota desde Colombia y haber trabajado directamente con Hayao Miyazaki. Aseguró que buscó personal de Studio Ghibli después de estudiar un posgrado en la Universidad de Tokio.
Sin embargo, la historia de Fernández generó controversia entre la comunidad de ilustradores, quienes señalaron inconsistencias en su testimonio. A pesar de la falta de pruebas concretas y la ausencia de su nombre en los créditos de la película y en plataformas especializadas, los medios de Colombia y otras partes de América Latina publicaron la historia.
Ilustradores internacionales, incluida la mexicana Julieta Colás, criticaron la falta de verificación por parte de los medios y etiquetaron la historia como un fraude. Colás pidió a Fernández que rectificara sus afirmaciones para no perjudicar a otros ilustradores latinos que aspiran a participar en proyectos de renombre.
La controversia se intensificó cuando se destacaron plagios en el portafolio de Fernández y se cuestionó su honestidad, llegando incluso a afirmarse que no hay registro de que haya estudiado en la Universidad de Tokio.
Tecnoglass, la empresa en la que trabajaba, divulgó incluso un video difundiendo los supuestos logros de su empleada
Ante la exposición del engaño, Geraldine Fernández optó por guardar silencio y eliminó sus redes sociales. La polémica destaca la importancia de la verificación de hechos en la cobertura mediática y la responsabilidad de los medios al difundir información sin evidencia sólida.
Este martes por la mañana la polémica llegó a los medios. En una entrevista con Blu Radio, en la que se enfrentó a las críticas, Fernández admitió su error: “Trabajé en un par de escenas de El niño y la garza, exageré”. A El Heraldo le dijo algo semejante: “Sí participé, pero exageré en muchas cosas”. Por teléfono, explica a este diario que participó como ilustradora en la película, pero acepta haber exagerado y agrandado su contribución. “No es real que haya hecho sola los 25.000 fotogramas. Fue en equipo. Hice 200″.
Afirma que ella “no quería reconocimiento” y que su historia solo se conoció porque una amiga, sin pedirle autorización, les contó a unos periodistas de la participación de la barranquillera. Narra que ellos se encargaron de replicarlo, la empezaron a buscar y aceptó concederles entrevistas. Tras la polémica desatada, dice que se siente mal. “Mi celular no para de sonar. Las personas se burlan de mí y me amenazan”. Explica que, si pudiera rebobinar el tiempo, manejaría la situación de otra forma: “Me arrepiento de todo. Hubiera preferido no haberles dicho a mis amigos, en especial a la que se tomó el atrevimiento de difundir la información”.
Fernández explica que llegó a trabajar en la película tras hacer un máster en ilustración en la Universidad de Tokio. Asegura que, al terminar su tesis, le dijeron que su estilo era “muy similar al de Studio Ghibli” y que por tal razón la invitaban a participar en la película como freelance para hacer ilustraciones puntuales.
Fernández ha contado a EL PAÍS que contactó con Studio Ghibli el pasado lunes para conseguir un documento que certificara su trabajo en el filme y dar carpetazo así a la polémica. La ilustradora asegura que el estudio le acaba de enviar un comunicado que certifica su contribución. Sin embargo, se ha negado a mostrarlo, pues prefiere evitar que se siga hablando de su aportación a una producción que es favorita para ganar el Oscar a mejor película animada, el próximo 10 de marzo en el Dolby Theatre de Los Ángeles.
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