Washington– El nombre de Bo Loudon, una joven figura del activismo conservador digital en Estados Unidos, se colocó en el centro del debate nacional tras asegurar que él fue quien denunció ante las autoridades migratorias al famoso tiktoker Khaby Lame, provocando su detención y deportación voluntaria.
La controversia estalló luego de que Lame, de nacionalidad italiana y origen senegalés, fuera arrestado por agentes del ICE el pasado 6 de junio en el Aeropuerto Internacional Harry Reid de Las Vegas, acusado de haber excedido su visa temporal.
El influencer había ingresado al país el 30 de abril para participar en eventos de alto perfil como la Met Gala, y se encontraba en medio de una gira pública.
Fue el propio Bo Loudon, de 18 años, quien hizo pública la noticia en sus redes sociales, donde incluso compartió una captura de pantalla presuntamente extraída del sitio del ICE en la que se confirmaba que Lame estaba recluido en el Centro de Detención de Henderson, en Nevada. En la misma publicación, Loudon afirmó ser él quien reportó la supuesta infracción migratoria, justificando su acto como “defensa del Estado de derecho”.
Loudon no es un actor desconocido en la política republicana: se presenta a sí mismo como amigo cercano de Barron Trump, hijo del expresidente Donald Trump, y ha sido una presencia frecuente en Mar-a-Lago.
Sus padres, John William Loudon y Gina Loudon, jugaron un rol activo en la campaña de Trump en 2020; Gina fue parte de su consejo asesor de medios.
Durante la actual campaña presidencial de 2024, Bo Loudon ha funcionado como un enlace entre el movimiento conservador y la Generación Z, con una estrategia de redes sociales diseñada para “actualizar” la imagen de Trump ante la juventud digital. Uno de sus momentos más virales fue su colaboración en la entrevista entre Trump y el streamer Adin Ross, que congregó a más de 500 mil espectadores simultáneos.
La deportación de Khaby Lame, conocido globalmente por sus videos cómicos sin palabras y su enorme alcance digital —es el tiktoker más seguido del mundo— ha generado críticas por racismo, xenofobia y persecución política disfrazada de legalidad.
Aunque Lame aún no ha emitido una declaración oficial, su abrupta salida del país interrumpió una gira profesional que lo llevaba de costa a costa en Estados Unidos.
En círculos progresistas y de defensa de derechos civiles, el episodio se interpreta como una señal preocupante del uso político y mediático de los sistemas migratorios, especialmente cuando se instrumentalizan desde plataformas digitales con una agenda ideológica.
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