Redacción
Estados Unidos.- El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha rechazado cualquier implicación en las muertes de dos migrantes la semana pasada, alegando que las boyas instaladas en el río Bravo no fueron la causa de estos trágicos incidentes.
A pesar de las revelaciones de que funcionarios de Texas ignoraron las advertencias sobre la ilegalidad de colocar las boyas en aguas bajo jurisdicción federal, Abbott insiste en que informó al presidente Joe Biden sobre la autoridad constitucional de Texas para instalar la barrera flotante.
La polémica rodea la instalación de 300 metros de boyas en el río Bravo, como parte de la operación Estrella Solitaria, que comenzó en 2021 bajo la administración de Abbott. La medida ha sido objeto de una demanda judicial por parte del gobierno de Biden, quien argumenta que se implementó sin los permisos necesarios y de manera ilícita.
Aunque Abbott y su equipo intentan distanciarse de las muertes de los migrantes, el gobierno de México ha señalado que las boyas pudieron haber contribuido a estas tragedias. Según una investigación de The Dallas Morning News, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (USIBWC, por sus siglas en inglés) advirtió sobre la jurisdicción federal en las áreas asociadas con el río Grande, pero las advertencias fueron ignoradas.
La situación ilustra las tensiones entre el estado de Texas y la administración federal sobre cuestiones de inmigración y control fronterizo. A medida que la investigación continúa y se aclara la relación entre las boyas y las muertes, el incidente destaca la importancia de una coordinación adecuada entre las autoridades estatales y federales para abordar desafíos en la frontera sur de Estados Unidos.
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