Redacción
México.- El ex dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, falleció a los 79 años, informaron fuentes del gremio.
El oriundo de Tampico, encabezó durante 26 años al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
En octubre de 2019 renunció al cargo en medio de las indagatorias en su contra por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
En esa ocasión fue la última vez que se le vio delante de sus agremiados, en una camioneta negra Yukon a las afueras de la sede de la organización sindical.
El tamaulipeco debía dejar el cargo como un “acto de valentía” para hacer frente a las acusaciones en su contra.
“¡Resiste Carlos!”, le gritaron sus fieles.
Romero cobró nómina de Pemex por 42 años, desde los tiempos de Joaquín Hernández “La Quina“.
Ingresó a Pemex en 1969 y, en 1993, se convirtió en el líder sindical tras la caída de su ex jefe, Joaquín Hernández Galicia y tras el interinato del profesor Sebastián Guzmán Cabrera, que incluso compró un equipo de beisbol de Liga Mexicana, “Los Petroleros” de Minatitlán.
Percibía dos sueldos de Pemex, uno por ser comisionado del sindicato y otro por contar con plaza, de acuerdo con datos oficiales de la empresa estatal.
En el portal de Nómina Transparente, aparecía con una “clasificación pendiente” en Pemex Corporativo con un sueldo de 41 mil 203 pesos, 2 mil más que el año pasado.
Romero fue elegido por Carlos Salinas de Gortari para tomar las riendas del sindicato petrolero, luego de que ‘La Quina’ se opuso a las políticas del Ejecutivo federal.
En el año 2000 su gestión se vio envuelta en un escándalo de desvíos de recursos del gremio a la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, caso que se conoció como el Pemexgate.
La acusación quedó archivada en la entonces Procuraduría General de la República (PGR), y los apoyos de Pemex al sindicato siguieron su curso, en medio de una vida rodeada de lujos por parte del dirigente.
En paralelo, el gremio fue opaco en sus finanzas.
El Pemexgate fue su sello y su vida pública quedó en silencio.
(Con información de REFORMA)
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