Exalumno del IPN acusado de editar imágenes con IA es absuelto de violencia digital, pero continuará en prisión

Redacción

Ciudad de México.- Diego “N”, exalumno del Instituto Politécnico Nacional (IPN) acusado de utilizar inteligencia artificial para manipular fotografías de compañeras y venderlas como contenido explícito, fue absuelto del delito de violencia digital. La decisión fue tomada por un juez tras concluir que no había pruebas suficientes para acreditar su culpabilidad.

Pese al fallo, Diego “N” permanecerá en prisión debido a que enfrenta otros procesos legales, incluyendo acusaciones relacionadas con pornografía infantil y trata de personas.

Tras la audiencia, Valeria Martínez, abogada de las víctimas, expresó su inconformidad con la resolución del juez.

“Lamentablemente, el juez considera que no hay elementos suficientes para demostrar que Diego cometió el delito, aunque se acreditó que este fue cometido,” declaró Martínez. La defensa de las víctimas anunció que presentará una apelación en busca de revertir el fallo.

Acusaciones pendientes contra Diego “N”

A pesar de su absolución por violencia digital, Diego “N” continúa vinculado a proceso por otros cargos graves:

1. Pornografía infantil: En marzo, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México informó que Diego “N” fue acusado de almacenar material fotográfico de menores en actos sexuales, lo que llevó a su vinculación a proceso por trata de personas.
2. Delito agravado contra la intimidad sexual: El pasado 31 de octubre, un juez lo vinculó a proceso por este cargo.

Diego “N” fue señalado por presuntamente manipular imágenes de compañeras con inteligencia artificial para hacerlas parecer desnudas y posteriormente comercializarlas. Este caso, junto con otros similares, ha provocado un debate nacional sobre el uso ético de la inteligencia artificial y la protección de la privacidad digital.

En México, la Ley Olimpia tipifica y sanciona los delitos de violencia digital, incluyendo la difusión de contenido íntimo sin consentimiento. Sin embargo, este caso pone en evidencia los desafíos para la obtención de pruebas en delitos relacionados con tecnologías emergentes.