Washington- La reciente designación de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte del gobierno de Estados Unidos ha desatado un fuerte debate internacional, especialmente tras la polémica declaración del magnate Elon Musk, quien sugirió que estas agrupaciones ahora son “elegibles” para ataques con drones.
El Departamento de Estado, encabezado por Marco Rubio, anunció la medida a través de un documento oficial publicado en el Registro Federal, en el cual también se incluyó al grupo criminal venezolano Tren de Aragua y a la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13).
A través de su cuenta en X, Musk compartió la noticia y añadió la frase que ha generado inquietud en ambos lados de la frontera: “Eso significa que son elegibles para ataques con drones”. Su comentario ha sido interpretado como un posible aval a una estrategia militar directa contra estas organizaciones, similar a las operaciones que Estados Unidos ha llevado a cabo contra grupos terroristas en Medio Oriente.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reaccionó a los reportes de que drones estadounidenses han estado sobrevolando territorio nacional con el objetivo de rastrear laboratorios de fentanilo. Durante su conferencia matutina, la mandataria confirmó que estos vuelos ocurren “bajo petición del Gobierno de México” y afirmó que “no hay nada ilegal” en su uso.
Según informes de The New York Times y CNN, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha desplegado drones modelo MQ-9 para labores de reconocimiento, aunque estos no están armados. Sin embargo, la posibilidad de que sean equipados con cargas explosivas ha despertado preocupaciones sobre un eventual ataque en territorio mexicano.
Sheinbaum subrayó que estas acciones no son nuevas y denunció que el revuelo mediático busca “debilitar” su gobierno. Mientras tanto, la postura del presidente estadounidense, Donald Trump, refuerza una línea dura contra el narcotráfico, en consonancia con la orden ejecutiva que firmó en su primer día de mandato, en la que estableció la persecución de los cárteles como parte de su estrategia antiterrorista.
Este nuevo episodio en la relación bilateral México-Estados Unidos plantea serias interrogantes sobre el alcance de la cooperación en seguridad y el posible uso de la fuerza militar contra el crimen organizado.
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