Vaticano- Este domingo 13 de abril, la Plaza de San Pedro en el Vaticano fue testigo de un emotivo momento cuando el Papa Francisco, aún en proceso de recuperación, hizo una aparición inesperada al final de la Misa del Domingo de Ramos.
Desde su silla de ruedas y sin necesidad de oxígeno, el Pontífice saludó a los más de 40,000 fieles presentes, deseándoles un “¡Feliz Domingo de Ramos y feliz Semana Santa!”.
Aunque la misa fue presidida por el cardenal Leonardo Sandri, el mensaje del Papa resonó con fuerza entre los asistentes. En su homilía, Francisco exhortó a los creyentes a llevar la cruz “no al cuello, sino en el corazón”, y a compartir el sufrimiento de los demás, transformando la pasión en compasión mediante actos de solidaridad y apoyo al prójimo.
La ceremonia, que marca el inicio de la Semana Santa, estuvo adornada con 150 palmas y 200,000 ramitas de olivo, creando un ambiente de recogimiento y celebración. La procesión partió desde el brazo de Constantino hasta el obelisco, con la bendición de las palmas y ramas de olivo que sostenían los fieles.
La presencia del Papa Francisco en este evento litúrgico, a pesar de sus recientes problemas de salud, envía un poderoso mensaje de esperanza y fortaleza a la comunidad católica mundial. Su llamado a la compasión y al apoyo mutuo resuena especialmente en estos tiempos, recordando la importancia de la solidaridad y el amor al prójimo.
Con esta aparición, el Pontífice no solo demuestra una mejoría en su estado de salud, sino también su inquebrantable compromiso con la fe y su rebaño, inspirando a millones a vivir una Semana Santa llena de reflexión, compasión y esperanza.
Discussion about this post