Ciudad de México – La empresa mexicana El Oso, con más de 100 años de historia en la fabricación de productos para el cuidado del calzado, denunció haber sido víctima de un desalojo ilegal y de un saqueo millonario en su sede ubicada en Eje Central y Popocatépetl, en la alcaldía Benito Juárez. De acuerdo con el abogado de la empresa, Mario Alberto Cardona Flores, el pasado 17 de enero uniformados de la Policía capitalina, junto con individuos encapuchados, irrumpieron en las instalaciones sin orden judicial, sustrayendo mercancía, dinero en efectivo y equipo de cómputo.
La denuncia de El Oso señala que la irrupción fue más allá de una diligencia legal, pues los atacantes robaron la caja de ventas con 2 millones de pesos en efectivo, sistemas de cómputo con bases de datos, teléfonos celulares y maquinaria, además de causar destrozos en la fábrica. La empresa estima que el valor total de lo sustraído asciende a 20 millones de pesos, además de que las pérdidas económicas por la inactividad forzada rondan los 6 millones de pesos.
“Esto no fue un embargo, fue un acto de vandalismo con abuso de autoridad”, declaró Cardona Flores en conferencia de prensa. Asimismo, informó que ya se presentaron dos denuncias ante la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México por privación ilegal de la libertad de los trabajadores, lesiones y robo, en contra de quien resulte responsable.
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— EL OSO (@El_Oso_Mexico) January 29, 2025
Un conflicto legal que paraliza a 150 empleados
La disputa legal que envuelve a El Oso data de hace cuatro años, cuando la propietaria del predio rescindió el contrato de arrendamiento con los accionistas de la empresa. Sin embargo, según el abogado de la compañía, el juicio aún no ha concluido, por lo que realizaron la diligencia de manera irregular.
Durante el desalojo, aproximadamente 100 elementos de seguridad participaron en el operativo, sin cumplir con las normas legales para la atención de adultos mayores y personas con discapacidad, quienes también laboraban en la fábrica.
A raíz de este conflicto, la planta de El Oso ha cesado operaciones temporalmente, afectando a 150 empleados que, de acuerdo con la empresa, continúan recibiendo sus pagos. Sin embargo, la compañía busca reactivar su producción en otra fábrica que ha operado desde hace 40 años y planea retomar labores en la segunda semana de febrero.
Un siglo de historia en peligro
Prisciliano Pérez Buenrostro, originario de Jalpan, Querétaro, fundó “El Oso” tras llegar a la Ciudad de México a principios del siglo XX. Trabajó inicialmente como fotógrafo en el Zoológico de Chapultepec, donde la llegada de un oso polar lo inspiró a nombrar su futura empresa. En 1918, Pérez Buenrostro comenzó a producir grasa para zapatos, formalizando su empresa el 6 de enero de 1922 en la Ciudad de México.
A lo largo de los años, “El Oso” se consolidó como una empresa familiar, pasando de generación en generación. Bajo el liderazgo de Alberto Pérez Lozano, nieto del fundador, la empresa ha recibido reconocimientos por su impacto en el ámbito nacional y ha mantenido su relevancia en el mercado con productos para el cuidado del calzado. La empresa se ha destacado por su compromiso con la calidad y por ofrecer empleo a personas con discapacidades, como el síndrome de Down.
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