Redacción
Michoacán- El crimen organizado ha impuesto su dominio sobre la producción de limón en Michoacán, arrebatando alrededor de 30 millones de pesos cada semana a los limoneros, quienes se ven forzados a pagar una cuota para poder distribuir su producto a nivel nacional.
De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), entre enero y junio de 2024, los productores michoacanos han cosechado 398 mil 552 toneladas de limón. Sin embargo, productores de la asociación Sistema Producto Limón Mexicano denuncian que el cártel de Los Viagras exige dos pesos por cada kilo de limón que sale de la región, sumando un total de 797 millones de pesos en extorsiones solo en el primer semestre del año.
“Los empacadores pagan un peso y el productor paga otro peso. El crimen se está llevando dos pesos por kilo,” denunció Guadalupe Mora, hermano del ex autodefensa Hipólito Mora, asesinado en 2023. Mora señala que la situación es especialmente crítica en Apatzingán, donde la extorsión se ha convertido en una práctica cotidiana, mientras el Gobierno estatal, encabezado por el morenista Alfredo Ramírez, permanece inactivo.
En 2023, la producción de limón en Michoacán alcanzó las 953 mil 645 toneladas, lo que habría generado cerca de mil 907 millones de pesos en “ganancias” para el crimen organizado. Esta cifra se traduce en un promedio de 36 millones de pesos por semana en extorsiones.
Ante la presión del cártel y el amago de duplicar las cuotas, los limoneros han iniciado un paro de labores desde el lunes, principalmente en las regiones de Apatzingán y Buenavista. “No se está pagando. Hay miedo, pero queremos que haya una solución de fondo por parte del Gobierno,” declaró un miembro de la asociación, quien prefirió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
Gregorio López, ex encargado de la Diócesis de Apatzingán y profundo conocedor de la situación en la región, acusa al Gobierno de Michoacán de complicidad en las extorsiones. Según López, las autoridades locales han hecho poco por proteger a los productores, quienes siguen siendo víctimas de amenazas de violencia, como la quema de vehículos y el secuestro de trabajadores.
El paro de los limoneros busca presionar al Gobierno para que intervenga y detenga las extorsiones que continúan ahogando a la industria del limón en Michoacán. Sin embargo, el miedo y la falta de acción oficial siguen siendo los principales obstáculos para resolver esta crisis.
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