Redacción
México.- Ciudadanos y activistas ambientales denunciaron la muerte por atropellamiento de un jaguar hembra a punto de parir y que presuntamente fue desplazada por las obras del Tren Maya, obra del Gobierno Federal que acusan de devastar el medio ambiente y cuyo diseño está inspirado en ese animal.
La muerte del jaguar, una hembra de casi cuatro años, ocurrió la mañana del jueves en la carretera Cancún-Playa del Carmen, en Quintana Roo, frente a un hotel.
Un integrante de la Alianza Nacional Conservación Jaguar confirmó que estaba a punto de dar a luz a otra hembra que también murió.
Las imágenes publicadas en internet han generado indignación entre quienes se han opuesto a la destrucción de la selva provocada por el Tren Maya.
“Desplazando especies en peligro de extinción. Hectáreas de selva virgen taladas, ruido de maquinaria y destrucción de cuevas que usan para resguardo y beber agua. Todo lo que hemos advertido y evidenciado, ocurriendo”, afirmó la activista Cris Nolasco, quien en septiembre denunció ante Beatriz Gutiérrez, esposa del Presidente Andrés Manuel López Obrador, los daños causados por el Tren.
“Te llenas de coraje, te acuerdas que hace muy poco tiempo atropellaron a otro jaguar ahí cerca, te enteras que está embarazada, quiere saber quién carajos es el responsable”, acusó el ambientalista José Urbina, fundador del proyecto Cenotes Urbanos, que tramitó el primer amparo contra el Tren Maya en Quintana Roo.
“Ves cómo están talando la selva, empezaron a talar 10 millones de árboles sin tener ni siquiera la Manifestación de Impacto Ambiental, que no tiene ni el cambio de uso de suelo, que están perforando la selva, que están impactando el mando acuífero, que están destrozando los Cenotes que dijeron que no iban a tocar”.
López Obrador ha asegurado que “llueva, truene o relampaguee”, el Tren Maya, de mil 554 kilómetros, será inaugurado a finales de este año.
La obra fue presupuestada en 140 mil millones de pesos, aunque en julio afirmó que su costo iba ya en más de 300 mil millones de pesos.
Para las obras del Tren se han tenido que talar franjas de varios kilómetros de selva, a pesar de que el Presidente había asegurado que no se talaría “ni un árbol”.
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