Redacción
Brasil.- Un niño en Brasil conmocionó a los habitantes Belo Horizonte, estado de Minas Gerais, al llamar por teléfono a emergencias porque en casa no tenían nada para comer.
El menor identificado como Miguel Barros, de 11 años, estaba desesperado tras varios días en que su familia solo tenía para comer harina de maíz con agua. Por ello, pidió ayuda. La persona que atendió al niño en la línea de emergencias, describió la angustia del menor cuyas alacenas en casa estaban vacías y quería algo para comer y compartir con sus hermanos.
Ahora, desde la llamada de Miguel Barrios al servicio de emergencias, la comida no cabe en los estantes. Tanto su mamá como sus ocho hermanos, tendrán alimentación segura por algunos meses.
Y es que cuando los medios de comunicación retomaron la historia, los donantes enviaron comida a la familia Barrios. La alacena ahora está llena, la tranquilidad volvió a casa. Aquel día, cuando el niño pidió ayuda, el telefonista envió policías a la vivienda ubicada en Santa Luzia, suburbios de Belo Horizonte. En principio, pensaron que se trataba de un caso de negligencia. Sin embargo, al llegar a la casa, descubrieron la precariedad en que vive la familia. Una historia cada vez más habitual en América Latina, escribió la agencia AFP.
En ese instante, los oficiales fueron al supermercado y regresaron con víveres. Además, el dueño de la tienda agregó al carrito una variedad de alimentos. Tras difundirse la historia, todo Brasil se volcó en ayuda de Miguel Barrios y su familia. Además de productos no perecederos, los donantes enviaron hasta dinero.