Redacción
México.- La tarde del martes 19 de marzo, diversas patrullas y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) acudieron al número 93 de Lago Pátzcuaro, en la colonia Anáhuac, alcaldía Miguel Hidalgo, para atender el reporte de una persona herida por arma de fuego.
Al llegar, los agentes encontraron a un hombre tendido afuera del domicilio, a pocos metros de la entrada principal, y con una herida por disparo en la cabeza. En ese momento los oficiales solicitaron el apoyo de una ambulancia y los paramédicos que acudieron revisaron a la víctima para confirmar que ya no tenía signos vitales.
El hombre fue identificado como Rafael “B”, un sargento retirado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de 49 años de edad.
Un adolescente de 13 años que se identificó como hijastro del ex militar declaró ante los policías haber presenciado el crimen. Según su relato, dos hombres se acercaron hasta la puerta de su domicilio, tocaron el zagúan, y cuando su padrastro les abrió la puerta le dispararon a quemarropa.
Supuestamente, los agresores habían huido hacia la esquina más cercana, pero algo no les cuadraba.
Después de que los agentes revisaran las cámaras de vigilancia de la zona, inmediatamente regresaron al domicilio para interrogar al menor. Las grabaciones les habían confirmado algo revelador: el menor había mentido, pues en ningún momento aparecieron los dos supuestos agresores que atacaron a su padrastro.
Las imágenes de las cámaras mostraron que a las 6:53 de la mañana Rafael “B” estaba caminando al lado de su hijastro, mientras éste manipulaba la parte delantera de su pantalón como si llevara algún objeto.
En cuestión de segundos se escuchó el sonido de la detonación, y después se vio al niño pedir ayuda a gritos y correr hacia su casa, de donde volvió a salir momentos después. Ninguna otra persona pasó por la calle en el momento en que Rafael fue asesinado.
Más tarde, el menor terminaría confesando que estaba cansado de las golpizas que le propinaba su padrastro, y que había inventado la ejecución a manos de dos sujetos.
También contó a los agentes que un mecánico, al que identificó como Daniel, le proporcionó el revólver calibre .38 marca Smith & Wesson con el que asesinó a su padrastro.