Brasil— La tragedia golpeó a una familia brasileña luego de que Sarah Raíssa Pereira de Castro, una niña de apenas ocho años, muriera tras intentar recrear un reto viral en la red social Kwai, el cual consistía en inhalar vapores de desodorante en aerosol. El hecho ocurrió el pasado jueves 10 de abril en su casa, donde estaba bajo el cuidado de su abuelo.
Sarah usó un desodorante de la marca Old Spice, lo escondió bajo un cojín y procedió a inhalarlo. Minutos después, sufrió un paro cardiorrespiratorio. Aunque fue trasladada de emergencia al Hospital Regional de Ceilândia y logró ser reanimada, su estado no mejoró. Murió tres días después, el domingo 13 de abril, tras confirmarse su muerte cerebral.
La Policía Civil del Distrito Federal ha iniciado una investigación bajo la figura de homicidio doblemente calificado, con penas que podrían alcanzar hasta los 30 años de prisión para quien resulte responsable de difundir el contenido que provocó la tragedia. El teléfono celular de la menor fue incautado y será sometido a peritaje para ubicar el origen exacto del video.
El jefe policial Walber José de Sousa Lima advirtió sobre la necesidad de una vigilancia más estricta por parte de los padres: “Este caso sirve de alerta sobre lo que los niños ven en internet, incluso dentro de sus casas. Hay que supervisar más”.
En redes sociales, la indignación no se hizo esperar. El padre de la menor, Cássio Maurilio, responsabilizó tanto a la plataforma Kwai como a la empresa fabricante del desodorante: “No hay advertencias claras en el envase sobre riesgos reales como este. Ni Kwai tiene filtros efectivos para bloquear estos contenidos”. El padre también informó que emprenderá acciones legales contra ambas compañías.
El reto que acabó con la vida de Sarah no es nuevo, y ha sido visto en plataformas como TikTok y Kwai, a pesar de las políticas de contenido que, en teoría, deberían prohibirlos. La dinámica suele disfrazarse de humor o experimento, pero puede ser mortal, sobre todo entre menores de edad.
Este caso ha reactivado el debate sobre la necesidad urgente de una mayor regulación del contenido digital, especialmente aquel dirigido o accesible a niñas y niños. La falta de filtros eficaces, la ausencia de advertencias claras por parte de las marcas y la viralidad de los retos en internet se han convertido en una combinación peligrosa que ya ha cobrado vidas.
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