Redacción
Estado de México- En un hecho insólito, Pedro Luis Hernández de Paz, alcalde electo de Santo Tomás de los Plátanos, Estado de México, logró escapar de un operativo policial y militar que buscaba detenerlo por sus presuntos vínculos con el grupo criminal La Familia Michoacana. La persecución se dio durante su toma de protesta, que terminó en caos y con efectivos repelidos por sus cómplices.
El edil perredista había montado un dispositivo de vigilancia con drones para monitorear los movimientos de las fuerzas del orden. Además, ordenó el bloqueo de accesos al lugar con vehículos particulares y maquinaria, complicando la llegada de los agentes.
La toma de protesta, planeada como una ceremonia exprés con pocos asistentes, culminó en una huida que incluyó forcejeos y golpes a los agentes de seguridad. Hernández de Paz apenas terminó de jurar el cargo cuando emprendió la fuga, auxiliado por sus colaboradores.
Fuentes cercanas al municipio aseguran que la campaña del edil fue financiada por miembros de La Familia Michoacana, grupo con el que también se relaciona a su esposa, María del Rosario Matías Esquivel. Ella, actual presidenta municipal y prófuga de la justicia, está acusada de extorsión y de colaborar con el mismo grupo criminal.
El frustrado operativo, identificado como parte del “Operativo Enjambre” que ha detenido a otros alcaldes ligados al narcotráfico en semanas recientes, evidencia las dificultades de las autoridades para enfrentar la colusión entre el crimen organizado y actores políticos en el país.
La huida de Hernández de Paz y su esposa pone en el centro del debate la infiltración del narcotráfico en las instituciones municipales y la urgente necesidad de estrategias efectivas para evitar que el poder local sea capturado por intereses ilícitos.
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