Redacción
México.- El exsecretario de seguridad mexicano Genaro García Luna, de 56 años fue sentenciado este miércoles, a 466 meses de prisión, que equivalen a 38 años 8 meses, por 5 cargos relacionados con el narcotráfico, entre los que se encuentran: conspiración para traficar cocaína y proteger al Cártel de Sinaloa de Joaquín “Chapo” Guzmán, a cambio de millonarios sobornos para enviar droga a Estados Unidos desde 2001 a 2012.
Además, se le impuso una multa de 2 millones de dólares, y tras acabar su sentencia, se le concederán 5 años de libertad condicionada.
- García Luna fue capturado 9 de diciembre de 2019 por agentes de la DEA, afuera de su departamento en Texas.
En un intento por conseguir una sentencia favorable para Genaro García Luna, familiares y excolaboradores enviaron una serie de cartas al juez Brian Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
En la misiva García Luna aseguró ser inocente y no tener vínculos con el narcotráfico, dice que es el “mexicano con más reconocimientos y condecoraciones” de Estados Unidos y Europa por el “combate al terrorismo y el narcotráfico”.
Dijo que cuando estuvo en su puesto tuvo acceso a material de inteligencia y seguridad del Gobierno de Washington. Es “impensable tener ese nivel de responsabilidad, información de Estado y de seguridad regional hemisférica, sujeto a nivel de control y vigilancia del más alto nivel y al mismo tiempo tener contactos o vínculos con criminales por lucro”.
“Su señoría, con el más profundo de mis sentimientos le solicito respetuosamente me permita regresar lo antes posible con mi familia y reincorporarme a la entrañable sociedad a la cual respeto y pertenezco”, se lee en la carta que se entregó al juez Cogan horas antes de que el magistrado federal le dicte sentencia.
“Su señoría, como lo indiqué, tengo firme respeto por la ley, le pido respetuosamente su consideración para que en el marco de esta sentencia se consideren todos los factores que dieron origen a este juicio, entre otros la información falsa aportada por el gobierno de México y los testigos criminales, su complicidad en mi contra y mi responsabilidad en el combate frontal al narcotráfico donde además se enfrentan poderosos intereses políticos”.
“Yo nunca he sido una amenaza o riesgo para la comunidad, mis valores, convicciones, conducta e historia de vida no tienen ningún registro criminal, todo lo contrario. El dinero sucio, los malos hábitos, la mala conducta no se pueden ocultar inclusive en condiciones extremas”, se lee en la misiva.
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