Redacción
Guerrero.- El alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, fue encontrado decapitado el pasado domingo, apenas seis días después de tomar posesión. Fuentes del gobierno federal revelaron que el edil aliancista (PRD-PRI-PAN) había sostenido una reunión con integrantes del grupo criminal ‘Los Ardillos‘, liderado por los hermanos Celso e Iván Ortega Jiménez, lo que habría desatado una diferencia que culminó en su ejecución.
El cuerpo de Arcos fue hallado en una camioneta en la colonia Villa del Roble, mientras que su cabeza se encontraba sobre el toldo del vehículo, un brutal “mensaje” típico de “Los Ardillos”, una organización criminal dedicada al narcotráfico y la extorsión en Guerrero. El alcalde había evaluado previamente los daños del huracán “John” en la colonia Plan de Ayala, pero nunca llegó a su siguiente destino en la comunidad de Tepechicotlán.
Este no es el primer ataque violento relacionado con el grupo criminal. En junio de 2023, la misma organización dejó cinco cabezas humanas en una camioneta cerca del centro de Chilpancingo, con mensajes amenazantes dirigidos a la entonces alcaldesa morenista Norma Otilia Hernández, quien fue captada en video durante una reunión con Celso Ortega en 2021, pero sin consecuencias legales.
Tras el asesinato de Arcos, Chilpancingo quedó paralizado. Escuelas de todos los niveles, desde preescolar hasta la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), suspendieron clases. El transporte público se vio afectado, con muchos operadores temerosos de trabajar, recordando los episodios violentos de julio de 2023 y febrero de este año, que dejaron un saldo de 22 transportistas asesinados en Chilpancingo y Tixtla.
El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Chilpancingo, Omar Elías Azar, informó que el 15% de los comercios cerraron por miedo a nuevos hechos violentos, mientras que el transporte público operó de manera limitada. “No hubo clases en las escuelas, muchos establecimientos cerraron y el transporte público no está funcionando al cien por ciento”, lamentó.
El gobernador de Guerrero, Evelyn Salgado, no acudió al funeral del alcalde, aunque condenó el crimen a través de redes sociales. En contraste, la ex alcaldesa Norma Otilia Hernández asistió al sepelio, pero fue recibida con gritos de “¡Asesina!” y “¡Vendiste al pueblo!” por parte de los presentes.
El líder estatal del PRD, Mario Ruiz, pidió que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso, mientras que líderes empresariales y transportistas solicitan mayor seguridad, exigiendo la intervención del Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, debido a su experiencia en Guerrero como ex coordinador de la Policía Federal.
La violencia en Chilpancingo ha vuelto a evidenciar la fragilidad de la seguridad en la región y el control que el crimen organizado ejerce sobre la vida política y social de Guerrero.
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