Redacción
León.- Dos guanajuatenses más se suman a trascender a través de mejorar la calidad de vida de otras personas, mediante la donación de sus órganos.
En el Hospital General de Irapuato, Juan, un caddie de oficio, enamorado del golf y las motos, fue un padre amoroso, alegre y siempre dispuesto a compartir.
Hoy se convierte en esperanza para las personas que aguardaban por un regalo de vida, luego de que su familia, generosamente, aún en medio de su dolor, accedieron a dar el sí más hermoso de todos: sí a la donación.
A su vez, en el Hospital General de León, María Guadalupe, una madre amorosa y tierna, comunicó en vida a su familia, su deseo de regalar esperanza en el momento de su trascendencia.
Su esposo e hijos supieron expresar y respetar el deseo de Lupita, quien tuvo una condición de discapacidad auditiva, pero regaló vida, al terminar la suya.
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