Redacción
Brasil.- Brasil se encuentra bajo el asedio de una ola de calor sin precedentes, con registros históricos de temperaturas que han alcanzado niveles alarmantes en varias regiones del país. En Río de Janeiro, la sensación térmica ha llegado a los 62.3°C, marcando un récord en la última década, según informes del Sistema Alerta Río.
Este fenómeno ha sido especialmente notorio en el oeste de Río de Janeiro, donde la sensación térmica ha superado los 55°C en varias zonas, como en el Jardín Botánico, con 57.7°C. Esta situación ha generado preocupación entre los residentes y autoridades locales, con temperaturas máximas reales de hasta 42°C en la ciudad.
En Sao Paulo, la situación no es menos crítica, con el sábado marcando el día más caluroso del año, con 34.7°C, la temperatura más alta registrada para un mes de marzo desde 1943, según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet). El domingo, aunque se registró un ligero alivio, la temperatura se mantuvo en 34.3°C, igualando el récord anterior de marzo de 2012.
Los residentes de ambas ciudades han buscado refugio en parques, plazas y balnearios para sobrellevar el calor extremo, causando incluso embotellamientos en los accesos a Sao Paulo. Mientras tanto, en el sur del país, las lluvias extremas han provocado estragos, con volúmenes excepcionalmente altos de precipitaciones en localidades del estado de Rio Grande do Sul, donde se han registrado inundaciones y daños materiales significativos.
Las autoridades meteorológicas advierten que las condiciones extremas podrían continuar la próxima semana, con la llegada de un frente frío muy intenso que podría provocar lluvias torrenciales y posibles vendavales en el Centro-Sur de Brasil. Los expertos atribuyen estos fenómenos al cambio climático y advierten sobre la necesidad de medidas urgentes para hacer frente a sus impactos cada vez más devastadores.
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