Redacción
México.- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, anunció que impugnará la Ley Abbott, recientemente aprobada en Texas, la cual permitirá a los policías de ese estado detener a migrantes indocumentados a partir de marzo del próximo año. La impugnación surge en medio de la preocupación por el impacto que esta medida pueda tener en la comunidad migrante y las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.
AMLO argumentó que el gobernador texano, Greg Abbott, está usurpando funciones al aprobar esta medida, ya que las políticas migratorias y su ejecución corresponden al Congreso y al Presidente de Estados Unidos. En su declaración, el Mandatario mexicano expresó su preocupación por las posibles violaciones a los derechos de los migrantes y la falta de respeto a la autoridad federal en asuntos migratorios.
Simultáneamente, grupos defensores de derechos civiles en Estados Unidos, encabezados por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), presentaron ayer una demanda ante un tribunal federal en Austin contra la Ley Abbott. Argumentan que esta legislación pretende “arrebatar el control sobre la migración al Gobierno federal y privar a las personas sujetas a ese sistema de todos los derechos federales y el debido proceso que les proporcionó el Congreso”.
La impugnación por parte de México y la demanda de organizaciones civiles en Estados Unidos señalan la creciente tensión en torno a las políticas migratorias, con el debate centrado en la jurisdicción y el respeto a los derechos fundamentales de los migrantes. La situación también resalta la importancia de la cooperación bilateral para abordar de manera efectiva los desafíos comunes en materia migratoria.
El Gobierno mexicano continuará monitoreando el desarrollo de esta situación y buscará proteger los derechos de sus ciudadanos en el extranjero, mientras se espera que esta controversia genere un diálogo y una revisión de las políticas migratorias entre ambos países.
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