Redacción
México.- Los productores de limón en el estado de Michoacán enfrentan una creciente crisis debido a la extorsión y pagos de hasta un peso con 50 centavos por kilo a grupos del crimen organizado. Este flagelo está causando estragos en la industria agrícola de la región, con un desembolso mensual de hasta 100 millones de pesos por concepto de derecho de piso.
Según información proporcionada por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), estos productores están viéndose forzados a pagar una suma asombrosa de más de mil 200 millones de pesos al año a criminales, simplemente para poder cosechar y movilizar su producción. Estos cálculos son una clara evidencia de la magnitud del problema que enfrentan los agricultores en Michoacán.
El director general del GCMA, Juan Carlos Anaya, resaltó que lo que comenzó hace más de una década como pequeños pagos de extorsión cercanos a los 20 centavos por kilo, ha escalado a más de un peso en la actualidad. Esto ha llevado a muchos productores a replantearse sus operaciones, dejando de cosechar su producto y limitando significativamente la oferta. Anaya recalca que este monto representa entre el 8 y 10 por ciento del precio total del limón al productor, lo que ejerce una presión considerable en sus márgenes de ganancia.
“Y no solo es el limón, sino que esta problemática afecta a una amplia gama de productos en diferentes partes del país, una situación lamentable que ha venido en aumento”, añadió Anaya.
La región de Tierra Caliente, específicamente en los municipios de Buenavista y Apatzingán, alberga la mayor producción de limón en Michoacán. Aunque entre enero y julio se registró un incremento del 33 por ciento en la producción de limones en comparación con el mismo periodo del año anterior, es en los meses de septiembre y octubre cuando se alcanza la temporada de mayor producción.
Esta situación ha tenido un impacto directo en los precios al consumidor. En tan solo dos semanas, el precio del limón se ha disparado de 40 a 70 pesos por kilo, lo que representa un aumento significativo en los costos para los consumidores. Esto refleja cómo las acciones del crimen organizado tienen consecuencias directas en la vida cotidiana de los mexicanos.
La comunidad agrícola de Michoacán enfrenta un desafío urgente que requiere una acción concertada de las autoridades para garantizar la seguridad de los productores y el abastecimiento estable de productos esenciales para el país. La lucha contra la extorsión y el crimen organizado se convierte en un objetivo primordial para asegurar un entorno seguro y próspero para los agricultores y la población en general.
Con información de Reforma
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