Redacción
México.- Una ola de rechazo se ha desatado entre los gobiernos estatales de México en relación a los nuevos libros de texto distribuidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP). En un raro consenso entre gobiernos de distintos partidos políticos, varios estados han optado por no distribuir los materiales educativos entre los estudiantes. Esta acción se basa en preocupaciones sobre la calidad de los contenidos y el proceso de revisión de los mismos.
El estado de Jalisco, gobernado por el partido Movimiento Ciudadano (MC), ha sido uno de los primeros en tomar esta medida. El gobernador Enrique Alfaro explicó que esta decisión está relacionada con cuestiones administrativas más que con el contenido en sí. Alfaro destacó que es importante evitar politizar el tema y reducirlo a una batalla ideológica. En lugar de eso, enfatizó que su gobierno acatará cualquier mandato judicial relacionado con la distribución de los libros de texto.
Por su parte, Coahuila, un estado gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), también ha detenido la distribución de los libros. El secretario de Educación estatal, Francisco Saracho Navarro, expresó que la detención se debe a la necesidad de revisar el material en conjunto con expertos, docentes y padres de familia. Además, se buscará solucionar los errores y reforzar las áreas clave como Matemáticas y Español.
Yucatán, un estado controlado por el Partido Acción Nacional (PAN), también ha optado por resguardar los libros en bodegas y esperar “nuevas instrucciones del gobierno federal”. El secretario de Educación estatal, Liborio Vidal Aguilar, subrayó que esto se hace en respeto a un mandato judicial.
El gobernador de Durango, del PRI, Esteban Villegas Villarreal, expresó que su estado no detendrá la distribución, pero sí realizará una revisión exhaustiva. Villegas Villarreal mencionó que la Nueva Escuela Mexicana permite modificaciones locales en un 40% del programa, y confió en que los maestros tomarán decisiones adecuadas.
Esta negativa a distribuir los libros de texto también se ha visto en otros estados como Chihuahua y Guanajuato, ambos gobernados por el PAN. La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, fue una de las primeras en rechazar los libros, llamándolos “una basura”. Además, se ha manifestado la intención de buscar formas alternativas para asegurar la educación de los estudiantes.
A pesar de las diferencias políticas entre estos estados, el rechazo a los nuevos libros de texto de la SEP ha generado un inusual consenso entre distintos partidos. Las preocupaciones sobre la calidad educativa y el proceso de revisión se han convertido en un tema unificador entre los gobiernos estatales de México.
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