Redacción
Roma.- El papa emérito Benedicto XVI falleció a los 95 años de edad en Roma.
El pasado 28 de diciembre fue cuando el Papa Francisco, desde el Vaticano, comunicó el grave estado de salud en el que se encontraba Joseph Ratzinger. “En las últimas horas ha habido un deterioro debido al avance de la edad (de Benedicto)”, confirmó un portavoz a CNN en aquella ocasión.
El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) recuerda con gratitud “las grandes enseñanzas del Papa Emérito” al destacar de manera particular su discurso inaugural en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Brasil en 2007.
“La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza”, fueron las palabras que Benedicto expresó aquel día.
Trayectoria
Benedicto fue el papa número 265 de la Iglesia católica, y el séptimo soberano de la Ciudad de Vaticano. Fue elegido por los cardenales en abril de 2005 tras la muerte de Juan Pablo II.
Ocho años después cimbró a la Iglesia y a la feligresia al renunciar a su cargo al comunicar que su “edad avanzada” era el motivo. El anuncio de Benedicto marcó la primera vez que un Papa renunció en casi 600 años.
El título de emérito se refiere al que se ha retirado del cargo y continúa ejerciendo como consejero de la iglesia mientras goza de los beneficios que otorga la misma.
En 2018, Ratzinger publicó una carta en la que escribía que “en el lento declive de mis fuerzas físicas, interiormente estoy en una peregrinación hacia el Hogar”.
La trayectoria del papa se vio empañada por el hecho de que durante su etapa como arzobispo de Munich y Freising (1977-1982) se encontró que había sido informado sobre cuatro casos de abuso sexual que involucraban a menores y frente a los cuales no tomó acción.