Redacción
Guanajuato.- Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro, a la cual pertenecen las parroquias de municipios como San José Iturbide, dio a conocer que el miedo de la población ha llevado a reducir los horarios de misa en los templos.
Dado que algunas parroquias de las comunidades de San José Iturbide, El Capulín y el Calomo pertenecen a la Diócesis de Querétaro; su arzobispo, Martín Lara Becerril, ha comentado en rueda de prensa, realizada este miércoles, que la inseguridad sí ha afectado el funcionamiento de estos centros religiosos, así como la dinámica general de la población.
Comentó que, si bien hasta el momento las parroquias y templos del estado de Querétaro que colindan con Guanajuato no se han visto afectadas, esto gracias a los operativos implementados en los límites de ambos estados, los sacerdotes continúan con el temor de que algo pueda ocurrirles, como resultado de los recientes hechos delictivos que se registraron hace algunas semanas.
“El cerco de seguridad que se ha instalado en la frontera con Guanajuato ha sido muy efectivo, y diríamos que, en general, las parroquias están bien. Diríamos, con el temor, evidentemente, en el tema de la inseguridad. Pero no se ha registrado ningún incidente, por lo menos en los templos religiosos”, indicó.
No obstante, destacó que lo que se vive en Guanajuato es completamente distinto, pues en las parroquias que pertenecen a la diócesis queretana se ha reportado que, a determinado horario, las personas ya no permanecen en las calles.
“Una realidad distinta es toda la parte de Guanajuato; lo que se refiere a San José Iturbide, El Capulín, El Calomo… Aquella parte donde la violencia se ha ido muy fuerte. Platicando con los sacerdotes, nos comentaban que, efectivamente, el clima de ambiente y de inseguridad era bastante notable, tanto así que, aunque no se hablaba de un toque de queda, a ciertas horas de la tarde las poblaciones ya no salían”, agregó.
Aunado a ello, debido a que en varias comunidades se registraron balaceras y diversos homicidios, principalmente las iglesias de Negreta, Nuestra Señora de los Ángeles y Bravo, se vieron en la necesidad de reducir sus horarios de misas, impidiendo que estas se celebraran en las tardes o en las noches.
Cabe recordar que, hace apenas algunos meses, el arzobispo de León, Alfonso Cortés, ya había visibilizado esta situación, presente no solo en Guanajuato, sino también en otros estados como Guerrero o Chihuahua, comentando incluso que existían algunas zonas de la entidad que no eran visitadas por los presbíteros.
En este sentido, hizo un exhorto a todos ellos, a fin de que procuraran salir acompañados, especialmente por la noche.